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Abstract:
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"El objetivo de este trabajo es analizar las acciones, las ideas y las formas de organización que los campesinos de la cuenca baja del río Nexapa, ubicada en el suroeste de Puebla, México, han desplegado en los últimos meses para constituir un 'distrito de riego' en el marco de las reformas de la nueva ley de aguas y las actividades que ha desarrollado la Comisión Nacional del Ag (CNA) para transferir o descentralizar la administración del agua para la irrigación. La iniciativa de la creación de tal distritito ha sido promovida por personal de la CNA, y ha sido vista con bueno ojos por las personas integrantes de un comité regional de regantes que pretenden la conversión de ese organismo en un 'distrito', reconocido oficialmente. Entre los habitantes de pueblos y barrios que componen el citado comité, no existe un consenso absoluto sobre la pertinencia de crear el distrito de riego. De hecho, en cada lugar, de cerca de 40 comunidades con derechos reconocidos de agua, existe en su interior grupos o facciones opuestas a ese propósito, y pueblos y barrios enteros han manifestado tajantemente su negativa a formar parte en tal proyecto. No obstante esas desavenencias, es perceptible un sólido deseo por transformar una organización que con relativo éxito ha administrado y controlado el agua por varias décadas en una entidad que forme parte del Estado y, por esa condición, de los 'beneficios' que suponen gozarán los regantes por entrar en el campo de la política y la burocracia estatal.
"El punto de partida es pensar que este caso puede ilustrar cómo las transformaciones del Estado están teniendo efectos sobre los modos de organización, sociabilidad y subjetividad de los actores rurales dentro de un proceso hegemónico desarrollado con enormes contradicciones en el contexto neoliberal. Argumento que la conformación de la unidad de riego activa deseos por (re)construir una comunidad política que posibilite una intervención más firme y directa del Estado en el mejoramiento de la infraestructura física y social y que moralmente sancione prácticas y formas de organización. Con la pretendida creación de un marco de interacción entre el Estado y los campesinos, diversos grupos y actores albergan la posibilidad de frenar disputas, reglamentar prácticas organizativas, eliminar abusos, corrupción y, en suma, constituir un contexto propicio para la expresión de proyectos productivos e ideas que modernicen la administración del sistema de riego. Tales deseos, relacionados a diferentes actores, aluden también directamente a la heterogeneidad que constituye la base de los campesinos regantes. En efecto, distintas y opuestas categorías sociale identifican a esta gente, y la génesis de cada una de ellas está asociada a procesos pasados vinculados a estructuras históricas de organización del trabajo."
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